En una jornada repleta de aprendizaje y diversión, en La Casa de la Cultura de Chiguayante, los participantes del programa de Acompañamiento Familiar Territorial (AFT – PF) Umbral Chiguayante Sur, de Catim, se convirtieron en exploradores de la exposición “Ojos de la Precordillera”, un viaje por tres lagunas precordilleranas que fusiona arte y tecnología para traer la montaña a la ciudad. Mediante experiencias sensoriales inmersivas e interactivas, la actividad resaltó la belleza de la naturaleza y la importancia de su conservación.
Los niños y niñas exploraron los colores y sonidos del bosque, descubriendo texturas y transformando la naturaleza en instrumentos musicales. “Vamos a conocer los bosques a través de elementos de grabación sonora, vamos a jugar con un árbol que lo vamos a transformar en un instrumento musical y también vamos a hacer una búsqueda de las texturas y colores que podemos encontrar en este bosque escuela,” explicó Sebastián Parra, presidente de la Corporación Cultural “Actos Sinéstésicos”.
La gestora territorial del programa, Nayadeth Cruces Ramos destacó el valor social de la actividad: “Estamos acá en la casa de la cultura de Chiguayante en una actividad para fomentar habilidades sociales de los niños en un espacio sensorial que va a representar la precordillera en espacios de la naturaleza donde los niños van a poder sociabilizar entre ellos mismos y con los otros usuarios.”
Los Programas de Acompañamiento Familiar Territorial (AFT-PF) tienen como objetivo interrumpir y resignificar las experiencias de violencia vividas por los niños, niñas y adolescentes en sus contextos familiares. Esto se logra mediante procesos terapéuticos individualizados y acompañamiento familiar para desarrollar prácticas de crianza saludable. La psicóloga del programa AFT – PF Umbral Chiguayante Sur, Rocío Arriagada Torres, subrayó la relevancia del arte en el desarrollo in- fantil.
“El arte actúa como una herramienta poderosa que refuerza su autoconocimiento y su conexión con el entorno. Estas experiencias artísticas abren un sinfín de oportunidades para que los niños se expresen libremente y compartan su visión del mundo”, explica. Los propios niños y niñas compartieron su entusiasmo. “En mi colegio nunca nos llevaron a algo así, y nunca hicimos trabajo en equipo. Es divertido jugar juntos y aprender,” comentó uno de los participantes. Otra niña compartió su impresión. “Es muy relajante y me encanta escuchar los sonidos de la naturaleza.” Una madre presente también reflexionó sobre la importancia de la actividad. “Son experiencias naturales y hermosas que hoy en día son difíciles de encontrar. La naturaleza es algo precioso que parece estar perdiéndose”, dice. Esta actividad transdisciplinar, que une arte, ciencia, tecnología, comunidad y medioambiente, permitió a los participantes explorar la naturaleza utilizando recursos visuales y sonoros, resaltando la importancia de conservar nuestros paisajes para las futuras generaciones.